Mi camino personal de descubrimiento musical me llevó a valorar los álbumes de estudio más que cualquier otra forma de música grabada. Dentro de un estudio de grabación, los artistas tienen control sobre cada aspecto de su música. Pueden trabajar y volver a trabajar las piezas tantas veces como consideren necesario para transmitir la imagen que tienen en mente. Durante un buen tiempo, ignoré cualquier álbum que no fuera el resultado cohesivo de un músico encerrándose en el estudio para retratar su estado mental en ese momento. Ignoré los bootlegs, las compilaciones y, especialmente, los álbumes en vivo.
nAvancemos unos años a mi fase jazz y me encontrarás buscando bootlegs del Miles Davis Quintet en Europa, comparando la interpretación de una melodía concreta con la tocada por los mismos músicos un par de noches después. Los amantes del jazz no me permitirán mentir: no hay mejor manera de experimentar el jazz que con una actuación en vivo. Claro, la calidad de sonido en algunos lugares no es tan buena como la de un estudio de grabación de un millón de dólares, y la posibilidad de postproducción no está en la mesa. Sin embargo, la naturaleza improvisatoria del jazz hace que la actuación en vivo sea la forma esencial de experimentar el género.
nHay muchas grabaciones de estudio influyentes que debes escuchar al sumergirte en el jazz. Adelante, pon esos discos y deja que amplíen tus horizontes musicales. Pero si realmente quieres entender el género, escuchar álbumes en vivo te dará un tipo diferente de comprensión y placer. Te permitirán echar un vistazo dentro de las mentes de los intérpretes, mientras se alimentan del público y hacen su mejor esfuerzo por transmitir lo que tienen en mente en una noche en particular. Sin segundas oportunidades, sin overdubs de estudio, solo emociones crudas y genialidad improvisada. A continuación se presentan algunos de los mejores álbumes de jazz en vivo disponibles en vinilo y una especie de guía para que amplíes tus conocimientos sobre jazz y tu colección de discos.
El pianista Bill Evans no solo inició una revolución dentro de su propio instrumento en el jazz, sino que su trabajo en trío también redefinió el papel de la sección rítmica en el género. Esta actuación de 1961 en el Village Vanguard de Nueva York, respaldada por el baterista Paul Motian y el bajista Scott LaFaro, es quizás el punto culminante de la carrera de Evans y también una de las grabaciones más influyentes en la historia del jazz. Los tres músicos muestran un nivel excepcional de empatía mientras participan en una improvisación colectiva en la que un instrumento da una señal y los demás lo siguen rápidamente, elevando la idea musical y añadiendo su propia voz en una conversación democrática. Los instrumentos cambian de papel durante cada interpretación, con el bajo alternando entre una sólida base rítmica, un fondo armónico y un contrapunto melódico. LaFaro desafía constantemente a Evans, lanzándole curvas que él responde a través de un brillante uso del color y la armonía en el piano. Las conversaciones distantes y el tintineo de copas transportan al oyente al ambiente íntimo de este pequeño club de jazz, amplificando la sensación sincera de la música.
Arnoldo Gutiérrez Brizuela is an architect who can't help but share his thoughts on his latest music findings with whoever is around. His Mexico City apartment is filled with compulsively bought records he's soon gonna run out of space for.
Exclusive 15% Off for Teachers, Students, Military members, Healthcare professionals & First Responders - Get Verified!